SINAGOGA

Durante las excavaciones del año 2003, realizadas de forma preventiva por el proyecto de construcción del Parador de Turismo Nacional, salieron a la luz los restos de una sinagoga conservada en el interior del castillo de Lorca, que debió construirse a principios del siglo XV.

¿Qué papel ocupó la sinagoga bajomedieval?

La sinagoga era el epicentro religioso de la judería y se insertaba en el interior del cerro, adaptándose también al sistema de terrazas que caracterizan el urbanismo. En este sentido, constituía el eje religioso, social, cultural, educativo e, incluso, económico del barrio judío.  En el año 2008 se llevaron a cabo trabajos de consolidación que permitieron caracterizar los espacios de la sinagoga, que fue rehabilitada. Durante los años 2010-2012 se definió la evolución constructiva del edificio, comprobando que el edificio alcanzó su máximo esplendor durante la segunda mitad del siglo XV, coincidiendo con el aumento de la importancia de la comunidad judía (Eiroa, Gallardo y González, 2017, p.55). Si bien, la identificación de sus estructuras se debe a su alto grado de conservación, ya que no fue reutilizada tras su abandono a finales del año 1492. Este hecho convierte la sinagoga de Lorca en un edificio excepcional, ya que otros ejemplos peninsulares sí han sufrido posteriores modificaciones siendo convertidas en iglesias muchas de ellas (Gallardo y González, 2009, p.146).

Interior de la sinagoga tras el proyecto de reconstrucción y protección de los restos. Fuente: Proyecto Arqueológico castillo de Lorca.

¿Cuál es su estructura y disposición?

La planta de la sinagoga tiene forma rectangular, de una sola nave, y sus dimensiones son de 10,40 m de anchura por 19,60 m de longitud, siendo un edificio modesto, de tamaño similar a otras sinagogas peninsulares como la de Albarracín, la sinagoga mayor de Mallorca o la sinagoga menor de Tarazona (Eiroa, 2020, p.76). Su orientación longitudinal es suroeste-noreste, localizándose la hornacina o hejal en el muro que cierra el lado noreste. El interior se estructura en tres zonas: la sala de oración, la galería de mujeres y el vestíbulo. El vestíbulo es de planta rectangular (2,5 m de ancho por 6,7 m de longitud) y la sala principal, que es interpretada como el  “oratorio”, tiene planta rectangular (8 x 14 m). En su interior se identifican bancos corridos, asientos individuales y una tevá (o bimá), ubicada en la parte central. La tribuna de las mujeres se conserva parcialmente, también presentaría forma rectangular y se desarrollaría sobre el vestíbulo. En cuanto a los accesos, se definen tres diferentes: dos puertas que están abiertas desde la plaza al vestíbulo, donde se conserva una pileta de abluciones; y otro acceso hacia la sala de oraciones, interpretada como la zona de salida tras las actividades litúrgicas. El último acceso se realizaría por un pequeño vial situado en el extremo sureste del edificio, que permitiría la entrada a la galería de mujeres, que quedaban separadas así de los hombres mientras contemplaban los oficios religiosos (Eiroa, Gallardo y Gonzále, 2017, p.57).

Vista de la sala de oración de la sinagoga. Fuente: Proyecto Arqueológico castillo de Lorca.

Técnicas constructivas y materiales

En cuanto a su construcción y los materiales empleados, se combina la fábrica de mampostería (como base del edificio), con otros muros realizados mediante técnica de tapial. El ladrillo también fue empleado en los vanos de las puertas, en las pilastras, el arranque de las arquerías y el pavimento del vestíbulo y de la sala de oración.  La cara exterior del muro de la sinagoga da a una plaza abierta, y en ella se adosa un banco de 0,4 metros de ancho. En la parte contraria, se dispone un gran banco corrido adosado a un muro de contención de la plataforma elevada, interpretados como asientos vinculados a este espacio público. Los elementos constructivos de la sinagoga son el ladrillo, el yeso, la cerámica y la madera, que forman parte del perfil estructural e iconográfico de la sinagoga lorquina. A ellos se añade la piedra, que como antes se mencionaba al hablar de la fábrica de mampostería, fue la base del esqueleto de la planta del edificio (Gallardo y González, 2009, p.205).

Un elemento singular de su interior es el reaprovechamiento de la roca natural del cerro para su construcción, ya que en la esquina sureste de la sala de oración aparece una gran roca recortada para adaptar el ángulo de la esquina, que daría más consistencia a los apoyos de la galería de mujeres. También es significativo el empleo de dos tipos de ladrillos para el pavimento, uno de tonalidad amarilla y otra rojiza; y se disponen alineados en espiga, algo común en pavimentos de periodo bajomedieval (Eiroa, Gallardo y González, 2017, p.62).

En cuanto a la decoración, en el exterior debió ser prácticamente inexistente, contrastando con el interior cuyas paredes podrían haber estado cubiertas por tapices, hoy perdidos, de los cuales quedan indicios con clavos metálicos en algunos muros. La decoración sería fundamentalmente de yeso, destacando el arco trilobulado que dignificaría el hejal (Eiroa, 2020, p.77).

¿Qué elementos se definen en el interior de la sinagoga?

Son diferentes los elementos que confirman la función religiosa del edificio, como por ejemplo los asientos individuales y bancos corridos, el hejal, la tevá y las lámparas de vidrio.

La mayor parte de los asientos se corresponden con bancos corridos, realizados en madera de pino y que permitían albergar a unas cuarenta personas. No obstante, también se distinguen asientos individuales, que podían tratarse de lugares reservados a personajes influyentes en la comunidad judía. El hejal se localizaba en el muro noreste. En el hueco del mismo se dispondría un armario de madera, como así lo indican huellas de este material, que se combinaría con azulejos y yeserías decorativas. La tevá se emplazaba en el centro del edificio, aunque si nos referimos concretamente a la zona de oraciones se encuentra algo desplazada hacia el suroeste. Se identifica como el espacio de lectura de la Torá localizada sobre una plataforma dividida en tres partes: escaleras de acceso, púlpito y armario (Eiroa, Gallardo y González, 2017, p.74). Finalmente, destaca un sistema de sustentación de lámparas de vidrio en la zona del vestíbulo, cuyos fragmentos fueron recuperados durante las excavaciones arqueológicas y posteriormente restaurados, conservados actualmente en la exposición permanente del Museo Arqueológico de Lorca.

Bibliografía:

Gallardo, J. y González, J.A. (2006). El urbanismo de la judería medieval de Lorca a la luz de las últimas excavaciones, Alberca, (4), pp. 129-152.

Eiroa, J.A.; Gallardo, J. y González, J.A. (2017). La sinagoga bajomedieval de Lorca: balance de 15 años de investigaciones y nuevas perspectivas, MEAH. Sección Hebreo, vo.66, p.53-86.

Eiroa, J.A. (2020). Arqueología de la judería bajomedieval de Lorca (Murcia), En A. Carretero y C. Papí (Coords.), Actualidad de la Investigación Arqueológica en España I (2018-2019), (pp.65-81). Ministerio de Cultura y Deporte, Secretaría General Técnica.

González, J.A. y Gallardo, J. (2009). La judería del castillo de Lorca a partir de las evidencias arqueológicas. En A. Iniesta, J. García, A. Martínez y J. Ponce (Coords.) Lorca, luces de sefarad. Lights of Sepharad (pp.181-220). Ediciones Tres Fronteras, Consejería de Cultura y Turismo, Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas.